Aquelarre
Mesa de cuatro mujeres
No sé por qué me involucro en esas ruedas si al fin y al cabo nunca he llegado a conciliaciones ni siquiera teóricas. Pero la ocasión era especial. Reunión de hermanas y la adoptiva, entre nosotras, como hacía mucho pero mucho no ocurría.
Noche pegajosa en la city, un poco de sueño y rincones llenos de almohadones, velas de colores y sesiones de pies descalzos equilibrando el calor.
Hablar entre nosotras, me doy cuenta ahora que lo escribo conserva esa rareza de civilizados compases, de idas y venidas, de no interrupciones y de saber escuchar-preguntar-opinar, con la calma sospechosa de una confabulación.
Bueno . Sépalo quien lea: las mujeres que no chillan, que no invaden y que no superponen discursos también existen. Como calandrias, y no como cotorras desbordamos anoche, nosotras, las voces contra el paso del reloj.
Habían sido tres febreros sin rostro y los secretos des actualizados esperaban para descubrirse.
Una que ha disuelto pareja. Otra que debe decidir si hay o no boda pendiente. Otra que solo piensa en estridencias cómo evadirse de casa de los padres. Otra que guarda silencio desde el suelo ovillado de penumbra.
Y las letras, los interrogantes quietos, los silencios, las risas, las palabras.
-No te cases, si así estás bien-
-A veces pienso demasiado en el otro-
-No se si quiero quedarme con éste hombre .-
-Yo no sabía lo que es estar cuidada por alguien-
-Que no te persiga tanto-
-A mí ya me hubiese saturado . Si te extraña, que no te agobie-
-Alguna vez voy a tener un hijo-
-¿Qué es mejor, tenerlos o no tenerlos?-
-Ahora le salió el poeta de adentro-
-Yo no quiero un tipo que me condicione-
-Nunca me imaginé que me lo pidieran-
-¿Lo amás?-
-Antes no . Ahora sí -
-¿Saliste con tu compañero finalmente?-
-No-
-¿En qué andás?-
Tenía que suceder en algún momento de la velada.
Ya lo saben, las tres. No hay misterios.
Entre el platillo de lo posible y lo inverosímil, es fácil adivinar dónde buscarme. Aunque no quepan posibilidades y yo me las invente. Aunque el ojo del huracán apunte directo al corazón y a tragarme como un grano de tierra desprendido.
Hablar de un anhelo es caminar sobre arenas movedizas y entender que tal vez no existe nada después de la sutil pronunciación. Es avanzar por un puente de luna, cuando el agua es suelo y la luz un resuello.
Pero ella quiso conocer las probabilidades de viaje, porque ofreció varias veces alojamiento en su casa y volví a decir lo que quiero, lo que me pasa, lo que espero.
Escuchó. Entendió. Compartió. Sin embargo
-Una cosa es la fantasía que vos tenés de él y otra cosa es verlo en vivo y en directo- profetizó: la otra
Joder!!! Siempre sentencia tupido, como una lechuza sabihonda en el pedestal de la media noche. Y ya sé que la fantasía existe. De ella vivo y por ella me desvivo, porque si no qué sería el existir ralo en éste mundo¡!
Ya sé que la fantasía abre misterios donde sólo cabe el concreto y que enaltece demonios cuando debería achicharrarlos.
-Mirá si es un demente o un tremendo porquería -
Siguió su índice de funestas probabilidades por algunos instantes más. No recuerdo qué dijo porque posiblemente ya no la escuchaba. Pero quise haberle dicho, por ejemplo . -Las dos convivimos con criaturas así, y no estaban detrás de ningún océano. Nadie nos mintió, nos engañamos solas ¿te acordás?-
Pero sucede que últimamente ya no discuto ni tan solo puntos de vista. Hay ítems de no conciliación entre mi poco de existencia y las luces ajenas. Y ese desencuentro, amaga enlutarme las alas todo el tiempo
-Está en otro mundo. Tiene su vida. Vos la tuya ¿después qué?... Sé sensata, querés ¿?-
La voz de la razón se oye como un zumbido de campanas en una habitación a oscuras. Retumba en el cerebro y la conciencia cada nota, como culpa indefendible por los siglos de los siglos.
La lógica sube y baja por la médula en racimos afiebrados de mandamientos antisépticos. Y entiendo
Pero No. No quiero ser sensata.
No quiero ahogar ningún sueño.
No quiero renunciar a la locura.
Porque . Yo no sé cuáles son los pasos ni si hay pasos que seguir. No sé si cabe algún plan. Después. Antes. Ahora. Un mundo. Otro. Ninguno. Todos
No tuve en mente que una noche alguien se atreviera a romper mi hermetismo o viera más allá de mi caparazón. No sabía que un mensaje de botella podía cobijarse en manos tan serenas. No hice promesas ni pedí nada a cambio. No medí las palabras de ida o de regreso. No condicioné los calendarios, ni los ciclos, ni las constelaciones ni las mareas
No sé. Hoy es esto que poco o mucho, todo o nada . me hace feliz.
Y ella, que sólo cree en la felicidad palpable, de todas formas me recomendaba sus cautelas, me cuestionaba por no afrontar mejor esos otros algo posibles y me advertía sobre ejemplos prácticos de mi historia remota. Entonces me acordé del rosarino . aquel amigo amante y furtivo enloquecido allá lejos y hace algunos silencios que solía decirme antes de conocerme: Aunque tengas escamas, seas verde y escupas fuego no me importa
Y si bien, las escamas no son tan visibles, el verde puede mimetizarse de muchas maneras y el fuego bueno, el fuego se dosifica con los años o se libera en ventarrón!... Es cierto. Existe ese fluir que nace de pronto y sin quererlo a dos puntas de una charla o de una sonrisa en silencio
Pero fantasía es una palabra muy volátil y alilada.
A mí que los colores pastel me deprimen, me gusta ponerle el nombre que le cuadra . Es deseo, mujer. rojo, febril, espeso y tan endemoniadamente dulce como el que únicamente exuda y se destiñe del querer.
Aunque sea improbable.
Aunque sea efímero.
Aunque sea eterno.
Aunque no se explique.
Y mil encuentros- aquelarres como el nuestro nunca alcancen para exorcizar el corazón.
mhieL
No sé por qué me involucro en esas ruedas si al fin y al cabo nunca he llegado a conciliaciones ni siquiera teóricas. Pero la ocasión era especial. Reunión de hermanas y la adoptiva, entre nosotras, como hacía mucho pero mucho no ocurría.
Noche pegajosa en la city, un poco de sueño y rincones llenos de almohadones, velas de colores y sesiones de pies descalzos equilibrando el calor.
Hablar entre nosotras, me doy cuenta ahora que lo escribo conserva esa rareza de civilizados compases, de idas y venidas, de no interrupciones y de saber escuchar-preguntar-opinar, con la calma sospechosa de una confabulación.
Bueno . Sépalo quien lea: las mujeres que no chillan, que no invaden y que no superponen discursos también existen. Como calandrias, y no como cotorras desbordamos anoche, nosotras, las voces contra el paso del reloj.
Habían sido tres febreros sin rostro y los secretos des actualizados esperaban para descubrirse.
Una que ha disuelto pareja. Otra que debe decidir si hay o no boda pendiente. Otra que solo piensa en estridencias cómo evadirse de casa de los padres. Otra que guarda silencio desde el suelo ovillado de penumbra.
Y las letras, los interrogantes quietos, los silencios, las risas, las palabras.
-No te cases, si así estás bien-
-A veces pienso demasiado en el otro-
-No se si quiero quedarme con éste hombre .-
-Yo no sabía lo que es estar cuidada por alguien-
-Que no te persiga tanto-
-A mí ya me hubiese saturado . Si te extraña, que no te agobie-
-Alguna vez voy a tener un hijo-
-¿Qué es mejor, tenerlos o no tenerlos?-
-Ahora le salió el poeta de adentro-
-Yo no quiero un tipo que me condicione-
-Nunca me imaginé que me lo pidieran-
-¿Lo amás?-
-Antes no . Ahora sí -
-¿Saliste con tu compañero finalmente?-
-No-
-¿En qué andás?-
Tenía que suceder en algún momento de la velada.
Ya lo saben, las tres. No hay misterios.
Entre el platillo de lo posible y lo inverosímil, es fácil adivinar dónde buscarme. Aunque no quepan posibilidades y yo me las invente. Aunque el ojo del huracán apunte directo al corazón y a tragarme como un grano de tierra desprendido.
Hablar de un anhelo es caminar sobre arenas movedizas y entender que tal vez no existe nada después de la sutil pronunciación. Es avanzar por un puente de luna, cuando el agua es suelo y la luz un resuello.
Pero ella quiso conocer las probabilidades de viaje, porque ofreció varias veces alojamiento en su casa y volví a decir lo que quiero, lo que me pasa, lo que espero.
Escuchó. Entendió. Compartió. Sin embargo
-Una cosa es la fantasía que vos tenés de él y otra cosa es verlo en vivo y en directo- profetizó: la otra
Joder!!! Siempre sentencia tupido, como una lechuza sabihonda en el pedestal de la media noche. Y ya sé que la fantasía existe. De ella vivo y por ella me desvivo, porque si no qué sería el existir ralo en éste mundo¡!
Ya sé que la fantasía abre misterios donde sólo cabe el concreto y que enaltece demonios cuando debería achicharrarlos.
-Mirá si es un demente o un tremendo porquería -
Siguió su índice de funestas probabilidades por algunos instantes más. No recuerdo qué dijo porque posiblemente ya no la escuchaba. Pero quise haberle dicho, por ejemplo . -Las dos convivimos con criaturas así, y no estaban detrás de ningún océano. Nadie nos mintió, nos engañamos solas ¿te acordás?-
Pero sucede que últimamente ya no discuto ni tan solo puntos de vista. Hay ítems de no conciliación entre mi poco de existencia y las luces ajenas. Y ese desencuentro, amaga enlutarme las alas todo el tiempo
-Está en otro mundo. Tiene su vida. Vos la tuya ¿después qué?... Sé sensata, querés ¿?-
La voz de la razón se oye como un zumbido de campanas en una habitación a oscuras. Retumba en el cerebro y la conciencia cada nota, como culpa indefendible por los siglos de los siglos.
La lógica sube y baja por la médula en racimos afiebrados de mandamientos antisépticos. Y entiendo
Pero No. No quiero ser sensata.
No quiero ahogar ningún sueño.
No quiero renunciar a la locura.
Porque . Yo no sé cuáles son los pasos ni si hay pasos que seguir. No sé si cabe algún plan. Después. Antes. Ahora. Un mundo. Otro. Ninguno. Todos
No tuve en mente que una noche alguien se atreviera a romper mi hermetismo o viera más allá de mi caparazón. No sabía que un mensaje de botella podía cobijarse en manos tan serenas. No hice promesas ni pedí nada a cambio. No medí las palabras de ida o de regreso. No condicioné los calendarios, ni los ciclos, ni las constelaciones ni las mareas
No sé. Hoy es esto que poco o mucho, todo o nada . me hace feliz.
Y ella, que sólo cree en la felicidad palpable, de todas formas me recomendaba sus cautelas, me cuestionaba por no afrontar mejor esos otros algo posibles y me advertía sobre ejemplos prácticos de mi historia remota. Entonces me acordé del rosarino . aquel amigo amante y furtivo enloquecido allá lejos y hace algunos silencios que solía decirme antes de conocerme: Aunque tengas escamas, seas verde y escupas fuego no me importa
Y si bien, las escamas no son tan visibles, el verde puede mimetizarse de muchas maneras y el fuego bueno, el fuego se dosifica con los años o se libera en ventarrón!... Es cierto. Existe ese fluir que nace de pronto y sin quererlo a dos puntas de una charla o de una sonrisa en silencio
Pero fantasía es una palabra muy volátil y alilada.
A mí que los colores pastel me deprimen, me gusta ponerle el nombre que le cuadra . Es deseo, mujer. rojo, febril, espeso y tan endemoniadamente dulce como el que únicamente exuda y se destiñe del querer.
Aunque sea improbable.
Aunque sea efímero.
Aunque sea eterno.
Aunque no se explique.
Y mil encuentros- aquelarres como el nuestro nunca alcancen para exorcizar el corazón.
mhieL
5 comentarios
Heidi Metal -
m -
me da gusto cada vez que pasas por acá. Gracias.
y más...
por alentarme la locura porque... como dice esa canción.... "solo se trata de vivir...."
un beso
mhieL -
no sé. ¿se puede controlar un sentimiento...?
¿se razona el cariño?
yo no puedo.
"Todo nuestro razonamiento se reduce a ceder al sentimiento"
-Pascal-
zoroastros -
thiago -