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un viaje a la nada

Somiedo- Tormenta

Somiedo- Tormenta


Estoy quieta.
Demasiado quieta. Como el sigilo que antecede y corona una tormenta.
Y ya no sé por qué, ni siquiera se me afloja una lágrima.

Sospecho, que una parte de mí, se escuda del dolor y va forjando la cáscara de a poco.
Una cáscara que amenaza apartarme del paisaje y encerrarme bien lejos de éste mar de incertidumbres.

Te kiero.
Eso no cambia.
Es un sentimiento arraigado y tan intacto que me asusta y hace eco, de la prisa… de la letanía… del encierro, que intento procurarme para mí.

Porque, ya no sé cómo seguir. Ni hacia a dónde.
Todo duele demasiado.
Esperar, caminar, estancarse, soñar, proyectar, respirar…

Entonces imagino que es hora de “olvidar”, de juntar harapos y acariciar recuerdos, con la constancia de un sol tibio de invierno, de esos que van decolorando muy de a poquito los días y los tiñen de nostalgia y frío y blanco.

Quiero creer que las heridas cicatrizan con el tiempo.
Antes, sabía que era cierto. Pero nunca había intentado enterrar un corazón.

Tengo la pala del olvido en una mano y tres años de escombros enfrente de mí, inmóviles
Y no sé… si puedo detener este instinto desbordado, de pedirte que me ayudes… a morir.


mhielrOjA


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4 comentarios

Invitado -

¿Cómo pudiste describir tan justo mi emoción sin conocerme? Casi no doy crédito a lo que leo.

marta zabaleta -

A ti:
yo te diria que aca no la busques, pues no viene a menudo. No has notado que paso por aqui ya hace dos meses? Te sugiero: por que no le escribes a su casa?
Sobretodo, si como dices, crees que te necesita.

Nosotros, sus lectoras/es, solo podemos esperarla.Con fidelidad y esperanza de que se sienta mejor.

Adios por esta noche.
Marta.

soy yo -

tan trsite estas hermana mia?? y yo aca tan egoista y dormida sin hablarte solo xq pense q precisabas estar algo sola... pero no estes asi. te extraño. quiero volver a verte en casa...

Marta Raquel Zabaleta -

creo que lo mejor que te he leido.

me entristece ,si, que sea una coyuntura tan especial lo que lo inspira

Un fuerte abrazo, Marta.