miedo y luz
Hoy me perdí muchas veces enredada en vapores de recuerdos difusos. Me volví a ver por dentro para explicar por qué... sigo sin respuestas y ya ni intento siquiera, esbozar una pregunta...
Me acordé de los miedos, tan distintos y solemnes... La noche en casa de los abuelos... La sombra oculta detrás del cortinado de bañera... Pancrasio... El castigo por las malas notas. La venganza de mi hermana contra alguna de mis muñecas...
Mis miedos eran proporcionales a las desobediencias o a la fantasía. Y hasta casi podría decir con orgullo que alguna vez fui "normal". Pero dije "podría", porque me bastó un encuentro de hermanos para recuperar la memoria de un soplido...
-¿Qué decís, nena...?-me recriminaron los ojos del tiempo sin medias tintas. -Desde los seis años llorabas como loca porque no querías vivir más... Andabas pateando a las monjas del colegio... Desafiabas a las maestras... Eras una peste con tus amigas... No le hablabas a mamá por semanas... Salías a caminar por los techos de los vecinos... Hacías huelgas de hambre... Te pasabas los fines de semana trepando paredes y chimeneas... Te quedabas días escribiendo sola... ¿de qué normalidad hablás?-
Iba a llorar, pero me reí.
Es interesante repasar la historia desordenada y frenética. Porque así no hay chance de cerrar los párpados. Las luces son tenues pero intactas en una habitación vacía. Como el corazón de un niño que teme y desea la oscuridad del descanso.
Extraño mis miedos...
esos que entramaban mis arterias
que bullían como eclipses de lo oscuro
a enfrentar en mil batallas el reinado... de las lámparas...
mhieL
foto robada a Acefalis
Me acordé de los miedos, tan distintos y solemnes... La noche en casa de los abuelos... La sombra oculta detrás del cortinado de bañera... Pancrasio... El castigo por las malas notas. La venganza de mi hermana contra alguna de mis muñecas...
Mis miedos eran proporcionales a las desobediencias o a la fantasía. Y hasta casi podría decir con orgullo que alguna vez fui "normal". Pero dije "podría", porque me bastó un encuentro de hermanos para recuperar la memoria de un soplido...
-¿Qué decís, nena...?-me recriminaron los ojos del tiempo sin medias tintas. -Desde los seis años llorabas como loca porque no querías vivir más... Andabas pateando a las monjas del colegio... Desafiabas a las maestras... Eras una peste con tus amigas... No le hablabas a mamá por semanas... Salías a caminar por los techos de los vecinos... Hacías huelgas de hambre... Te pasabas los fines de semana trepando paredes y chimeneas... Te quedabas días escribiendo sola... ¿de qué normalidad hablás?-
Iba a llorar, pero me reí.
Es interesante repasar la historia desordenada y frenética. Porque así no hay chance de cerrar los párpados. Las luces son tenues pero intactas en una habitación vacía. Como el corazón de un niño que teme y desea la oscuridad del descanso.
Extraño mis miedos...
esos que entramaban mis arterias
que bullían como eclipses de lo oscuro
a enfrentar en mil batallas el reinado... de las lámparas...
mhieL
foto robada a Acefalis
4 comentarios
mhieL -
otra categoría interesante nos resultaban los "tanques de agua" y escalarlos se parecía a la conquista del Everest...
Qué desquicio y que genial compartir los delirios con alguien, señor de mundo!
un beso
zoroastros -
mhieL -
Eramos un poquito... mas salvajes que ahora pero sin duda, más felices.
Besos señor!
zoroastros -