Pesadilla
Me desperté a las ocho, por segunda vez. Todavía me duele la espalda y estoy algo contracturada
.
Hace muuuucho las pesadillas eran cosa de cada noche y estaba muy acostumbrada a convivir con ellas y despertarme en medio de llanto pero . creo que me había olvidado de que se sentía tan mal
Hoy era real.
Estaba allí.
En unos terrenos cerca de la escuela. Unas manzanas que ocupa un antiguo mercado y unos galpones de chatarra y objetos antiguos . además de otros corralones que el municipio utiliza para depositar vehículos chocados y seguramente algo más .
Yo iba en un coche (como muchas veces cuando regreso a casa con dos colegas que viven cerca y me traen con ellos) pero no iba con ellos no sé con quién, por momentos parecía que era mi viejo
El auto iba muuuuy despacito, bordeando aquel laberinto de calles intrincadas y de a ratos se veían personas que iban con niños cargando sus chapas, papeles, cartones (viven alli, entre la chatarra, algunos son cartoneros y muchos de esos chicos han asistido alguna temporada a mi escuela)
El paisaje diario ya no me sorprende . Convivimos con el hambre y la derrota día a día. Pero ese trayecto esa tarde ese instante se volvió infernal
Mientras íbamos muy pegados a las rejas de los galpones . otros coches venían en dirección contraria y llegué a ver caras de pánico en los que iban dentro.
Nosotros avanzábamos mas lento que caminando . y en algún momento . buscando sin saber, vi hacia adentro de los terrenos .
Entre bolsas enormes de basura, negras y brillosas, vi una persona con medio cuerpo salido y más chatarra . y otra vez más bolsas y otra persona y otra y otra .
No se sabía si estaban muertos. Parecía que si. Estaban rígidos
Pero no estaban rígidos.
Conforme el coche se movía los cuerpos eran más y amontonados. Como despojos de una catástrofe. Y todas las catástrofes .. Como cuando se recogen cuerpos y se almacenan para aislarlos y reconocerlos
Y bien podía ser un segundo de Londres o Irak o Madrid o Kosovo o Ruanda o Belfast o Tailandia o mucho mucho mucho más cerca todavía
Y la realidad me habló sin censuras esta noche.
Empecé a ver los ojos de las personas. Miradas de súplica no de muerte. Eran ojos vivos que se me clavaban en la conciencia y me dolían como vidrio molido en mis entrañas.
Porque eran montañas y se movían. Los escuchaba quejarse y no podía entender. No quería entender. No quería entender. No quería
Hasta que vi un camión ya saliendo del recorrido y avanzando en una de las avenidas.
Estaban bajando gente de la parte de atrás. Los brazos atados en la nuca. Los cuerpos empapados como cuando los pintan los carros hidrantes las ropas raídas.
Una voz grave, familiar, repetida gritaba e insultaba. Le hablaba a una mujer, que iban tironeando del carro.
Ella no decía nada pero sus ojos eran estrellas.
Me desperté.
Con rabia, furia, pena . llanto y una angustia muy honda, de esas que calan los huesos
Tal vez sea una estúpida. Tal vez solo tenía que darme la vuelta y seguir durmiendo. Tal vez podía decirme a mi misma que .era solo un mal sueño
Pero...
No es solo una pesadilla más. Algo así está ocurriendo siempre en todo momento a cada segundo y en cualquier sitio de este mundo .. y me duele.
Me duele...me duele...me duele...me dueleeeeeeeeeeeee.............
de rojo
y de hieL
Hace muuuucho las pesadillas eran cosa de cada noche y estaba muy acostumbrada a convivir con ellas y despertarme en medio de llanto pero . creo que me había olvidado de que se sentía tan mal
Hoy era real.
Estaba allí.
En unos terrenos cerca de la escuela. Unas manzanas que ocupa un antiguo mercado y unos galpones de chatarra y objetos antiguos . además de otros corralones que el municipio utiliza para depositar vehículos chocados y seguramente algo más .
Yo iba en un coche (como muchas veces cuando regreso a casa con dos colegas que viven cerca y me traen con ellos) pero no iba con ellos no sé con quién, por momentos parecía que era mi viejo
El auto iba muuuuy despacito, bordeando aquel laberinto de calles intrincadas y de a ratos se veían personas que iban con niños cargando sus chapas, papeles, cartones (viven alli, entre la chatarra, algunos son cartoneros y muchos de esos chicos han asistido alguna temporada a mi escuela)
El paisaje diario ya no me sorprende . Convivimos con el hambre y la derrota día a día. Pero ese trayecto esa tarde ese instante se volvió infernal
Mientras íbamos muy pegados a las rejas de los galpones . otros coches venían en dirección contraria y llegué a ver caras de pánico en los que iban dentro.
Nosotros avanzábamos mas lento que caminando . y en algún momento . buscando sin saber, vi hacia adentro de los terrenos .
Entre bolsas enormes de basura, negras y brillosas, vi una persona con medio cuerpo salido y más chatarra . y otra vez más bolsas y otra persona y otra y otra .
No se sabía si estaban muertos. Parecía que si. Estaban rígidos
Pero no estaban rígidos.
Conforme el coche se movía los cuerpos eran más y amontonados. Como despojos de una catástrofe. Y todas las catástrofes .. Como cuando se recogen cuerpos y se almacenan para aislarlos y reconocerlos
Y bien podía ser un segundo de Londres o Irak o Madrid o Kosovo o Ruanda o Belfast o Tailandia o mucho mucho mucho más cerca todavía
Y la realidad me habló sin censuras esta noche.
Empecé a ver los ojos de las personas. Miradas de súplica no de muerte. Eran ojos vivos que se me clavaban en la conciencia y me dolían como vidrio molido en mis entrañas.
Porque eran montañas y se movían. Los escuchaba quejarse y no podía entender. No quería entender. No quería entender. No quería
Hasta que vi un camión ya saliendo del recorrido y avanzando en una de las avenidas.
Estaban bajando gente de la parte de atrás. Los brazos atados en la nuca. Los cuerpos empapados como cuando los pintan los carros hidrantes las ropas raídas.
Una voz grave, familiar, repetida gritaba e insultaba. Le hablaba a una mujer, que iban tironeando del carro.
Ella no decía nada pero sus ojos eran estrellas.
Me desperté.
Con rabia, furia, pena . llanto y una angustia muy honda, de esas que calan los huesos
Tal vez sea una estúpida. Tal vez solo tenía que darme la vuelta y seguir durmiendo. Tal vez podía decirme a mi misma que .era solo un mal sueño
Pero...
No es solo una pesadilla más. Algo así está ocurriendo siempre en todo momento a cada segundo y en cualquier sitio de este mundo .. y me duele.
Me duele...me duele...me duele...me dueleeeeeeeeeeeee.............
de rojo
y de hieL
1 comentario
Marta Zabaleta -